La Ley de Ueki

Te convertiré en el próximo Dios 
Ueki es un chaval despistado. Y muy raro. Pero tiene una razón. Y es que tiene el poder de convertir la basura en árboles. ¿Y eso? Pues porque un candidato a Dios le ofreció darle un poder a cambio de que luchara contra otros chavales y chavalas con poderes en su nombre. Y es que el aspirante a Dios que haya dado el poder al ganador de los combates se convertirá en el sucesor de Dios, y al chico/a con el poder que gane le dará la habilidad vacuum que podrán cambiar por cualquier cosa que quiera. ¿Podrá Ueki hacer frente a todos los rivales y alzarse con la habilidad Vacuum, o todo eso a él se la suda?

Sí, creo que me ha quedado un resumen un poco lioso, pero no poner todo eso es no contar de qué va en verdad el manga. Y es que como dije en la reseña del último tomo, el autor crea un universo extensísimo con las habilidades de los personajes (que pierden si atacan a alguien sin poderes) los poderes, las restricciones de éstos, las armas celestiales, las que ganan al subir las estrellas, los niveles de los seres celestiales... y es que todo esto te puede liar un poco si no te queda todo bien claro.

Lo mejor de Ueki es que es un shonen que no esconde nada y lo demuestra desde el principio: es tontorrón, absurdo, gracioso y utilizar muchas trampas para conseguir lo que el autor quiere en cada momento (con trampas siempre me refiero a casualidades extremas que se dan en la historia para que en el momento en el que parezca que todo se ha perdido no sea así) Y obviamente cuenta con Powers Up, pero no dentro de las batallas (que se resuelven TODAS con ingenio) si no que son fuera de las batallas.

Un gran shonen. Si os gustan las batallas, aquí las hay y muy ingeniosas. Quizá lo que echa para atrás a la gente es el dibujo, simplón (que mejora, pero sigue siendo simplón) pero eso en esta historia es algo secundario. Le da un toque más cómico a la cosa.

2 comentarios:

Yer dijo...

Casi a la vez lo hemos reseñado, Jepa^^ Coincido contigo

Anónimo dijo...

Lo bien planteadas que están las batallas y todo el partido que se les saca a los poderes hacen que se me olvide lo feo que me parece el dibujo. Gran shônen.

Empecé a leer la secuela y, por lo menos al principio, no tiene nada que ver con la obra principal. De buenas a primeras el autor cambia el ambiente, los personajes (salvo el prota) y los poderes.

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